Presento aquí dos fotos con unos 20 años de diferencia entre una y otra y que corresponden aproximadamente a la misma perspectiva desde el Camino de los Rebites. La fecha exacta en que saqué la primera no la recuerdo exactamente (calculo que sobre finales de los ochenta o principios de los 90), mientras que la segunda la saqué hace un año, cuando aún no se había iniciado la construcción del complejo comercial y financiero del Serrallo, que ocupará el solar que se ve en primer plano.
No soy de los que se opone al desarrollo urbanístico de las ciudades, ni a su progreso; tan solo pongo las dos fotos para que se tenga en cuenta lo que vamos perdiendo y decir que las cosas se pueden hacer con menos o más sensibilidad. Esa Vega que se ha ido perdiendo cumplía, y cumple aún en lo que buenamente la dejan, la función de refrescar el ambiente de las ciudades, ayudar a limpiar los niveles de contaminación y proporcionar alimentos frescos y cercanos a los consumidores. A la hora de que Granada siga creciendo urbanísticamente, no se deberían dejar de lado cuestiones que son fundamentales para la salud y la vida diaria de los ciudadanos. Granada debe seguir cambiando, incluso creciendo, pero con raciocinio y sin especulación.
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