Translate

08 junio, 2010

EL PALACETE DE QUINTA ALEGRE


Una de las pocas cosas buenas que ha realizado este alcalde es la apertura al público de los jardines de Quinta Alegre, situados cuesta arriba en la Avenida de Cervantes y desde los cuales se pueden observar estupendas vistas de las zonas de los alrededores. Aunque la felicidad no es completa, pues el interior del palacete no es público, sino que se dedica a que la gente pudiente de Granada celebre sus bodas (y de paso algún borracho de las mismas destroce el patrimonio público), a alguna celebración de algún grupo clasista y cerrado de Granada o a mantener nuevos despachos a disposición del excelentísimo Sr. Alcalde, al que se ve que no le basta el enorme despacho del que hace uso en el edificio de la Plaza del Carmen.

El palacete, representante del eclecticismo académico, fue construido en la década de los veinte del siglo pasado por el arquitecto Jiménez Lacal para la familia Rodríguez Acosta, que lo habitó durante algunos decenios y en cuyo escenario sucedió en los años 40 un corto secuestro del cabecilla de la familia Acosta por los hermanos Quero, que de algún modo hacían realidad eso de robar a los ricos para dárselo a los pobres en unos tiempos tan complicados como aquellos. Tras unos años de abandono, en 1993 pasó a manos municipales después de llegar a un acuerdo con su propietario de entonces, el constructor Ávila Rojas.

Pese a no poder visitarlo interiormente, es aconsejable darse unos paseos por sus jardines y asomarse a sus miradores que, aunque han perdido gran parte de su encanto por los edificios que rodean al palacete, aún son una lugar para conocer nuevas vistas de nuestra ciudad. Eso sí, si lo encuentran abierto y no hay ninguna boda, congreso o pregón de los señoritos caseteros.

El palacete se asienta sobre una colina aterrazada sobre la que se distinguen distintos ambientes ajardinados.

La recuperación de los jardines superiores se hizo intentando rescatar de la forma más fidedigna posible el estado de los mismos en los años veinte del siglo pasado. A la izquierda vemos los altos edificios de la Avenida de Cervantes que ahogan las vistas hacia la Vega desde el palacete.

Algunos elementos aledaños y de servicio del antiguo jardín han sido igualmente restaurados con el mayor de los aciertos por los autores del proyecto de rehabilitación: José Tito Rojo y Manuel Casares Porcel.

Vistas de el Barranco del Abogado desde un mirador de Quinta Alegre.

Vista del centro de la ciudad desde un mirador del palacete. Pese a la densidad de la edificación, la catedral surge imponente entre el caserío. También se pueden observar, aunque con menos fuerza, la torre del Monasterio de San Jerónimo y la cúpula inconfundible de Santo Domingo.

Vistas hacia la colina del Serrallo y hacia Sierra Nevada.

2 comentarios:

Solete dijo...

Solamente una puntualización; pasó a manos municipales como poco en el 89, pues entre los años 89 y 92 estuvo allí la Escuela de Restauración Quinta Alegre que dependía del Ayuntamiento. De hecho las yeserías del palacete quedaron completamente restauradas por el módulo de revestimientos cuyos monitores eran Napoleón Morillas, padre e hijo.

Jesus dijo...

Excelente articulo