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18 febrero, 2012

ALGUNAS IMÁGENES DE GRANADA (II)

Para mí este es uno de las perspectivas de Granada que mejor refleja su alma, si es que las ciudades la tuvieran. Desde los estrechos senderos que desde el Camino del Avellano suben hacía el Generalife, podemos ver la Alhambra a la izquierda y el Albaicín a la derecha, y al fondo la lejana silueta de la Catedral que se sitúa justo en el ángulo formado por el valle del Darro. Y sobre todo ello, el precioso cielo de Granada, ese que ofrece tantos matices dependiendo del tiempo atmosférico o de la hora del día.

Desde la Vega granadina podemos observar esta impresionante perspectiva que, sobre el horroroso cinturón masificado del Camino de Ronda, nos permite ver el telón de colinas que cierra la ciudad hacia el Este. También podemos notar un matiz importante que muchas veces no se observa desde el interior de la ciudad. Está clara la hegemonía de la Alhambra sobre el paisaje granadino, pero aquí podemos intuir el imponente significado de magnificación y poder religioso que conllevaba la construcción de la Abadía del Sacromonte, no sólo por su tamaño, sino por su disposición preeminente en el entorno de Granada, casi tanto como la Alhambra, al otro lado del Darro. Pues ahora hagan un esfuerzo de imaginación y trazen una línea horizontal de cemento más o menos justo por encima de la Torre de la Vela, y ese será el paisaje que se verá si los que se empeñan en construir un innecesario cierre de la Circunvalación por el Este lo consiguen.

Y aquí la Vega se abre en dirección a Sierra Nevada con todo su verdor, mostrando ese paisaje que los granadinos estamos a punto de echar a perder para siempre entre nuevos centros comerciales y feísimas urbanizaciones de unifamiliares. Estamos a un dedo de destruir este legado paisajístico para nuestras futuras generaciones, un legado que inteligentemente administrado puede servir para avanzar en un desarrollo económico sostenible. Aunque personalmente dudo que la sociedad grananadina esté cercano de ello, sobre todo gobernando quien nos gobierna.

El Veleta, ese pintoresco pico de original forma, se puede observar desde innumerables lugares de Granada; lugares tan diversos que difícilmente se cansa uno de buscar nuevas perspectivas, con nuevas luces y distintos ambientes. En la primera imagen, desde las Vistillas de los Ángeles, la Sierra se encuentra nevada y el pico del Veleta presenta su cara más llamativa a lo largo del año. En la segunda, desde los aledaños del Parador de San Francisco, la Sierra está desnuda de su manto blanco pero lo ha trocado por otro más rojizo, ese que deja el atardecer del verano sobre las altas cumbres. La palmera del primer plano y el resto de la frondosa vegetación de la Alhambra y el Generalife, hacen que la imagen se encuentre más cercana a un sueño que a la realidad; pero es real y es Granada.

Las lomas cercanas a Güejar Sierra aparecen aquí nevadas en un frío día de invierno, casi contagiando su color blanquecino a las modernas edificaciones del Serrallo. La suavidad de las cumbres contrasta con las líneas rectas de las viviendas, y en parte en esta foto podemos decir que la naturaleza es capaz, mediante la luz del atardecer, de hacer la obra de los arquitectos algo menos forzada en el bello paisaje de nuesta tierra.

Y sobre las ultimas lomas del Llano de la Perdiz, surge la luna en Granada, a veces con esta rotundidad y plenitud, para recordarnos que a pesar de amar este pequeño trozo de terruño que es Granada, no podemos olvidar de dónde venimos y cuál es nuestro lugar dentro del inabarcable Universo, ese pensamiento que deberíamos tener más presente para olvidar absurdos localismos, nacionalismos y personalismos, esos a los que son tan dados algunos politicos.

Desde el Mirador de la Lona, la Avenida de la Constitución ofrece su actual paisaje después de algunos cambios urbanos a lo largo de los últimos decenios, aunque uno se quedará siempre con el paisaje que conformaba la impresionante arboleda que el último alcalde franquista taló con alevosía y nocturnidad. Pero independientemente de los distintos ambientes por los que ha pasado esta avenida, lo que indica esta foto para mí es como a duras penas la arboleda de sus parterres apenas consigue abrirse paso entre la abigarrada construcción de la zona. A pesar de los colores otoñales de los árboles, lo que predomina es el color del cemento. Es en fin, un paisaje totalmente urbano y en el que Granada pierde las referencias de su entorno rural y natural.

Y para acabar con estas imágenes granadinas, dos visiones (una más amplia y otra más reducida) de las Sierras de Tejeda y Almijara, esas que separan a la provincia de Granada de la Axarquía granadina. Son éstas sierras que suelen ser más visibles cuando la nieve las cubre, pasando más desapercibidas cuando el tono de sus cumbres se confunde con las tierras del Temple. Esta vista está realizada desde el mirador de San Cristóbal, y muestra una imponente cadena montañosa que la lejanía y su menor altura que la cercana Sierra Nevada hacen olvidar su existencia para los habitantes de la capital. Pero ahí está la Maroma, su altura máxima (algo más de los 2.000 metros), para recordarnos que siguen ahí, incluso para que algunos atrevidos se atrevan a culminar la cumbre y observar el impresionante paisaje que desde ella se observa.

1 comentario:

txemi dijo...

Para empezar enhorabuena por el blog, me ha gustado muchísimo, y eso que solo he visto algunas entradas nada más. Quiero aprovechar este saludo para ponerte un enlace, que si no lo conoces creo que te gustará. Son fotos aéreas de Granada, y ya verás que después de un doble clic en cada foto, el cursor con el signo más sobre el rincón que quieras de cada foto y se amplia. Para mí fue un descubrimiento total. Saludos y gracias por compartir estas cosas tan bellas sobre Granada. http://citywiki.ugr.es/wiki/Albaic%C3%ADn/vistas_a%C3%A9reas